La Civil March for Aleppo, acción de protesta civil contra la guerra en Siria y, más en general, contra todas las guerras en las que Occidente está involucrado, las 5022 personas muertas en el Mediterráneo en 2016, los refugiados atrapados en el frío europeo, la xenofobia imperante, la deriva autoritaria que está envolviendo al continente del llamado progreso en una niebla densa, ha llegado a Praga desde Berlín, ciudad donde empezó el 26 de diciembre, en plena orgía navideña. Después de atravesar Alemania, la marcha está siguiendo su recorrido a través de República Checa, Austria, Eslovenia, Croacia, Serbia, Macedonia, Grecia, Turquía hasta llegar a Siria, cruzando en dirección contraria respecto al camino de los migrantes las múltiples fronteras, barreras de alambre, vallas construidas por gobiernos llamados democráticos para impedir el paso a personas que huyen de una guerra o de la pobreza causada directa o indirectamente por la economía neoliberal del moderno Occidente.Recorrer la ruta de los refugiados en dirección contraria es un acto fuertemente simbólico que convierte la fácil indignación y declaración de impotencia a través de las redes sociales en presencia y acción físicas, con un compromiso personal, para pronunciar un no firme a la política de una Europa profundamente indiferente, partícipe de las economías de dictaduras, hipócrita, gravemente responsable, que no considera los derechos humanos como el elemento esencial de la acción política tal y como se afirma en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

La marcha por la paz, irónica y significativamente, sigue un recorrido en la misma dirección que las armas producidas por los países europeos y vendidas sin interrupción a los regímenes dictatoriales amigos, moviendo las ruedas de la industria y las finanzas europeas. Además de la producción y venta de armas en Europa hay una conexión directa entre éstas y los bancos. En lo que respecta a la relación entre bancos españoles y financiación de armamentos, recordamos el informe sobre inversiones en armas nucleares Don’t Bank on the Bomb de PAX y el informe Los Bancos que Invierten en Armas del Centro Delàs de Estudios por la Paz, que revelan como BBVA, Banco Santander, Banco Sabadell y Caixabank [La Caixa], entre muchos otros, financian a las compañías productoras de armas nucleares.

Armas, petróleo, gas, mercancías, refugiados: protagonistas de movimientos equivalentes en una economía gobernada por la indiferencia del dinero: todo es mercantilizado, desde los recursos naturales hasta los derechos y la vida misma. Para no ver esta verdad se recurre a la construcción de vallas y fronteras, fabricando a la vez el consenso necesario para dar legitimidad a la construcción de las vallas.

Nosotros nos hemos unido a la marcha en el tramo entre Praga y Říčany, veinte kilómetros simbólicos para manifestar en persona nuestro disenso radical hacia esta política, esta economía, hacia la guerra, la violación de los derechos humanos, la devastación del planeta, la destrucción de la vida.


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